NO TOCARÉ EN TU LOCAL

Un número de cuenta
cargado de ceros
una mochila llena
de viejas envidias.

Y los bolsillos repletos
de sueños rotos.

Amigos de talonario
un atillo de imaginación
y un castillo sin princesa
tu alcoba sujeta
por doña Visa.

A mi no me puedes comprar
aunque no tenga ni para comer,
no vendo mi libertad,
no tocaré en tu local.

Glamour de media hasta
una alcantarilla,
por corazón,
putrefacto hedor
encarcelado.

Báñate una tarde
en un río
que empuje la corriente
arrastrando los celos,
infantil, a un mar lejano,
frío y lejano.

A mi no me puedes comprar
aunque no tenga ni para comer,
no vendo mi libertad,
no tocaré en tu local.